Nos cuenta Andrés Tomaseti que la Maratón de Roma es más dura de lo que aparenta, en primer lugar por el suelo de adoquines que acompaña a los atletas en la mayor parte del recorrido, lo cual destroza las articulaciones a quienes no estamos acostumbrados, en especial en tobillos y rodillas, y además por las contínuas subiditas, no en vano Roma es la ciudad de las siete colinas, y sobre todo las que hay al final, cuando uno ya va más tocado.
En definitiva, que se sufre bastante, y quien quiera comprobarlo no tiene más que repetir el viaje que tanto Andrés como María José, que ejercía de reportera, y José Antonio y Clara han realizado este año.Por otro lado también nos dice que el recorrido es bonito, por los rincones y monumentos por los que pasa la Maratón, aunque no es lo mismo que en París, en donde la gente del público era una parte muy importante de la competición.
En Roma, en cambio, no había tanta animación, y además una gran cantidad de motos y de gente cruzando las calles molestaba bastante a los corredores, dando muestra de poco respeto.
En cuanto a la organización tampoco era tan perfecta como en París, y eso que había que atender a un número infinitamente menor de corredores que allí, pero en definitiva están contentos con la experiencia, porque es una maratón internacional, y porque, sin duda alguna, la salida y la llegada junto al Coliseo es una sensación realmente impactante.
Una vez más nuestra enhorabuena a los tres por haberla realizado, que ya sabemos todos lo difícil que es una prueba de esa distancia.
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